jueves, 21 de marzo de 2013

La religión romana : orígenes

La religión romana era bastante compleja; es una religión con un gran sentido utilitario al servicio de los individuos y del estado. A diferencia de las grandes religiones que conocemos en la cultura occidental –judaísmo, cristianismo e islamismo-, la religión romana ni es monoteísta –“de un solo dios”- ni tiene un libro que rija sus preceptos religiosos, creencias, fe, o recoja sus mitos y dogmas –como ocurre con la Torah entre los judíos, la Biblia entre los cristinos o el Corán con los islámicos-. Además, carente de moral, la religión romana realizaba de manera general sus ritos y sacrificios con el objetivo de obtener un beneficio de los dioses.
El politeísmo de los romanos era en cierto modo exagerado; divinidades protectoras para cada una de sus actividades e incluso para sus objetos más importantes; se ha llegado a calcular que eran considerados divinos unos 30.000 entes, muchos de ellos meras personificaciones de trabajos u otros aspectos de la vida romana
Todas estas divinidades tenían lo que lo romanos denominaban numen –“poder divino”-, si bien muchas de ellas no se consideraban personalidades individuales; de hecho, casi nunca fueron representadas con una figura o forma concreta. Los romanos debían atraerse las voluntades divinas –voluntates o numina- en alguna circunstancia concreta de su vida; por ello, celebraban ceremonias complejas y minuciosas, que con frecuencia no implicaban a sus divinidades, ni explicaban su origen ni historia ni su culto, sino que más bien eran meras ceremonias, sacrificios y ritos, de los que, al mismo tiempo, su calendario estaba llen

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