viernes, 26 de abril de 2013

El cristianismo

El cristianismo es una religión monoteísta de orígenes semíticos que se basa en el reconocimiento de Jesús de Nazaret como su fundador y figura central. Sus seguidores creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó después de su muerte.
Dentro de sus textos y escritos sagrados, comparte con el judaísmo el Tanaj, el cual constituye, junto con la Biblia Septuaginta.
Sus inicios datan de la primera mitad del Siglo I de la Era Cristiana.  Está históricamente probado que hay un desfase de 4 a 8 años entre el inicio del cómputo de la Era cristiana y la fecha precisa del nacimiento de Jesús de Nazaret, llamado Cristo., el cristianismo era considerado como una doctrinasectaria más entre las tradiciones judías e israelitas, al igual que otros cuerpos de ideas y creencias de esa parte del mundo en esa época.3Desde que el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano en el siglo IV, ha influido de manera significativa en la cultura occidental y en muchas otras culturas a través del mundo. En la actualidad posee más de 2.100 millones de fieles,4 o cerca de un tercio de la población mundial, siendo la religión con más seguidores del mundo.
La palabra "cristianismo" proviene del griego cristiano, la cual a su vez proviene del nombre propio Cristo, traducción del hebreo "Mesías" que significa "Ungido". El origen del término se indica en el libro de Hechos de los Apóstoles:

viernes, 19 de abril de 2013

Cultos orientales

Los romanos nunca elaboraron una mitología excesivamente compleja sino que asimilaron la tradición griega, adaptándola a sus propias particularidades. Más adelante, cuando el Imperio Romano estaba en plena época de expansión, los romanos no tuvieron demasiados reparos en adoptar las principales divinidades de los pueblos que conquistaban.

A menudo se considera que esta asimilación tenía una finalidad meramente política. De este modo se intentaba asegurar una cierta unidad en el Imperio. En cualquier caso, gracias a ello, la religión romana se configuró a partir de una mezcla extraordinaria de cultos e influencias.

Influencias griegas


La influencia griega es, sin duda, la más importante. Es la que introdujo más cambios en el panteón romano, hasta el punto de que la mayoría de dioses griegos tiene un equivalente latino con atributos similares. Por ejemplo, el Zeus griego es el Júpiter romano, Atenea es Minerva o Poseidón es Neptuno.

La asimilación de la tradición griega no se refiere únicamente a los dioses. Muchas leyendas, como la propia fundación de Roma, parecen ser de origen helenístico. En los mitos latinos se mezclan personajes de ambas mitologías y muchos relatos no son sino adaptaciones de historias griegas.

MITOLOGIA GRECO-ROMANA

La mitología es la historia fabulosa de los dioses, mediante la cual los pueblos intentan explicar sus orígenes y los fenómenos de la naturaleza.
Las mitologías griega y romana personificaron en los dioses a todas las fuerzas de la naturaleza y también aquellos principios morales que consideraron fundamentales en su sociedad. Como dioses, estos seres eran invencibles e inmortales, pero eran veleidosos y presa de los mismos defectos de los seres humanos. Quizás por ello tendían a mezclarse con los hombres y engendrar con ellos divinidades menores, encargadas de regir algunos aspectos de la vida cotidiana.
La aparición de la mitología de otros pueblos ha planteado el interrogante sobre en qué momento del desarrollo humano se generaron estas historias. Asimismo, los parecidos entre unas y otras nos hablan de la migración de los pueblos primitivos y el intercambio de sus tradiciones
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EL MUNDO MITOLOGICO
Se suela definir a la palabra mito diciendo que es todo relato de los tiempos fabulosos y heroicos. Pero la verdadera significación de este término, su definición más exacta y comprensible es: fábula, cuento o narración fantástica en la cual uno o varios dioses, semidioses o héroes divinizados tienen un papel predominante. De no intervenir personajes de un panteón religiosos, en vez de mitos se trata ya de leyendas o de simples cuentos.
Los mitos son esencialmente populares y anónimos.

EL ORIGEN DE LOS DIOSES
Según el poeta griego Hesiodo en su obra Teogonía: Ante todo fue el Caos. Luego Gea (la Tierra), la del ancho seno, eterno e inquebrantable sostén de todas las cosas, y Eros, el más hermosos de los inmortales, que penetra con su dulce languidez a dioses y hombres, doma los corazones y triunfa de los consejos prudentesð.
Caos, Gea y Eros fueron, pues, los tres elementos primordiales. Pero no coexistentes, sino aparecidos en el orden en que se van mostrando.
Para Hesiodo, el Caos era el espacio abierto, el Vacío y Gea no era la tierra tal cual estaba cuando los griegos la contemplaban en tiempos del poeta, sino la materia terrestre en vías de formación, concebida como elemento primordial del cual iban a salir las razas divinas. Eros no era tampoco el amor humano personificado, puesto que aún no existían los hombres y ni siquiera los dioses, sino esa especie de fuerza misteriosa que empuja todo a combinarse, mezclarse y unirse para dar origen a la vida. Fuerza que sin producir nada por si misma, hace producir a todo cuanto toca. Y en primer lugar a Caos y Gea, que gracias a él empezarían la sucesión de sus generaciones.

EL ORIGEN DIVINO
Una vez hecha la luz, Gea entra en acción, comenzando la serie de sus generaciones que se suceden en el orden siguiente: Como con Caos, con el Vacío no puede engendrar (pues los griegos jamás admitieron que de la nada saliese algo, por ser la ðnadað la negación misma de todo elemento), empieza a concebir sola. Es decir, sin el concurso de un elemento macho.
Lo primero que engendra es a Urano, el Cielo personificado, que cubre que cubre la Tierra como elemento fecundante. En Hesiodo, como se ve, Urano es hijo de Gea, la Tierra, antes de ser su esposo.
Luego Urano concibió a las Montañas (la Tierra va formándose en el tiempo) y enseguida Postos, personificación masculina de elemento marino, del Mar.

viernes, 12 de abril de 2013

El culto al emperador

El culto imperial en la Antigua Roma era la veneración de unos pocos emperadores elegidos como dioses una vez que fallecieron; el único emperador que se declaró a sí mismo dios mientras aún vivía fue Domiciano lo que causó escándalo.
Hacer que ciertos emperadores fallecidos se convirtieran en dioses se convirtió en un elemento prominente de la religión en el Imperio romano durante el Principado, hasta el punto de que algunos parientes de emperadores fueron también deificados (con la palabra Divus precediendo a sus nombres, o Diva si eran femeninos). El culto pronto se divulgó por toda la extensión del Imperio. Sólo se abandonó en el Dominado, después de que el emperador Constantino I comenzara a apoyar el cristianismo.
La apoteosis de un emperador era un acto esencialmente político interpretado por el sucesor del emperador muerto para reforzar la majestad del oficio imperial y, a menudo bastante efectivamente, para asociar al actual emperador con un predecesor bien considerado. Puesto que era una herramienta de propaganda centrada en los líderes, el culto imperial romano puede considerarse un culto de la personalidad
Bajo la denominación de culto imperial se incluye el conjunto de rituales realizados en honor del emperador romano y su familia (una vez al año los habitantes debían quemar incienso ante su estatua, diciendo: «César es señor»). Anteriormente Alejandro Magno había afirmado ser descendiente de los dioses de Egipto, y decretó que debería de ser adorado en las ciudades de Grecia.
Aún en vida de Julio César, éste consintió en la erección de una estatua a cuyo pie rezaba la inscripción Deo invicto (en español, «Al dios invencible») en el 44 a. C. El mismo año se hizo nombrar dictador vitalicio. El Senado votó para que se le construyera un templo y se instituyeran juegos en su honor. Después de su muerte lo colocaron entre los demás dioses y le dedicaron un santuario en el foro. El heredero de César, Augusto, hizo construir un templo en Roma dedicado al «Divino Julio» (Divus Iulius). Como hijo adoptivo del deificado Julio, Augusto también recibió el título de Divi filius («Hijo de dios»). Se hizo llamar Augusto, fue honrado como divino y se le puso su nombre a un mes del año (Agosto) tal como había sucedido con su padre (Julio). Aunque Augusto en vida no pidió ser adorado, después de su muerte el Senado le elevó al rango de dios y lo declaró inmortal.
El objetivo principal de este culto era demostrar la superioridad del gobernante (mediante su adscripción a una esfera divina), y la sumisión de los habitantes a los dictados de aquél.
La adoración del emperador (que en realidad era política más que personal) fue un elemento poderoso de unidad en el imperio, puesto que era una especie de deber patriótico
Tácito describe en sus Anales (IV, 37-38 y 55-56) que Augusto y Tiberio permitieron que se erigiera un único templo en su honor durante sus vidas. Estos templos contenían, no obstante, no sólo las estatuas del emperador gobernante, que podía ser venerado a la manera de un dios, sino que también se dedicaban al pueblo de Roma (a la ciudad de Roma, en el caso de Augusto, y al Senado en el de Tiberio). Ambos templos estaban situados en la parte asiática del Imperio Romano. El tempo de Augusto estaba situado en Pérgamo, mientras Tiberio no consintió ningún otro templo o estatua en su honor aparte de los existentes en Esmirna, ciudad elegida en el año 26 entre 11 candidatas para erigir estos templos.
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La religión estatal

Antes de la Edad Contemporánea, la situación de confesionalidad del Estado era la condición natural de cualquier sistema político. En el Imperio romano, el culto al emperador fue una forma de conciliar el politeísmo incluyente de todo tipo de religiones con la unidad política, y lo que convirtió al cristianismo (de hecho a cualquier monoteísmo que no aceptase el culto imperial) en una religión disolvente y por lo tanto perseguida. El Edicto de Milán de Constantino (que otorgaba una especie de libertad religiosa), y el posterior edicto de Tesalónica de Teodosio convirtieron al cristianismo en la religión oficial del Imperio y establecieron el Papado y la Iglesia como instituciones paralelas al propio Estado. La desaparición del Imperio romano de Occidente abrió la Edad Media, que supuso una separación de hecho del cristianismo occidental (católico) y oriental (ortodoxo), que se hizo oficial con el Cisma de Oriente (1054).
Las monarquías de Antiguo Régimen supusieron un control sobre sus iglesias católicas nacionales, mientras que la Reforma luterana establece iglesias nacionales en los países del norte de Europa. El principio de la cuius regio eius religio (propuesto en la Dieta de Augsburgo que discutía la Confesión de Augsburgo, y definitivamente impuesto en la Paz de Augsburgo) impone que la religión del reino será la religión del rey. Se impondrá en una era de guerras de religión que acabará con el tratado de Westfalia. Entre los escasos lugares de Europa que mantienen la tolerancia religiosa (aunque se mantengan como Estados confesionales) se destacan los Países Bajos y la República de Venecia, y parcialmente el Imperio otomano.
El primer Estado que proclamó su indiferencia a los asuntos religiosos fue Estados Unidos, influido por la ideología de la Ilustración francesa.
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La religión familiar

Era obligado rendir culto a los dioses de la casa (lares, manes y penates), en forma de fuego del hogar, mientras no se extinguiera la familia. Su sacerdote era el Pater familias, y se celebraba en el lararium. Había dioses específicos para la vida cotidiana:

Nundina, dioses o genios protectores del nacimiento y desarrollo del hombre
Educa y Pontina, dioses del comer.
Cunina o Cunaria, diosa que guardaba los niños en la cuna y a la cual ofrecían libaciones de leche las matronas romanas.
Ossipago, dios que robustece los huesos.
Abeona, diosa que enseñaban a andar.
Fabulinus, Farinus y Locutius, dioses que enseñaban a hablar.
Terduca, diosa que llevaba al niño a la escuela y lo protegía en el camino.
Domiduca, diosa que lo devolvía al hogar desde la escuela y lo protegía en el camino.

El campesino invocaba al dios del barbecho, de la labor, de los surcos, sementeras, al de segar, trillar. Entre los dioses agrícolas están Rucina, Messia, Tutulina, Terensis, Apulino, Tellumo vervactor, Tellumo occator, Tellumo Messor, etc.

Los ganaderos tenían sus divinidades propias:

Bubona, que velaba por los rebaños de bueyes
Epona, que velaba por las yeguadas
Pales, que velaba por los rebaños de carneros
Flora y Silvanus, dioses tutelares pastores
Pomona, diosas tutelares de jardineros y hortelanos

También se rendía culto a las almas de los muertos o manes. Los romanos creían que las almas de los muertos bajaban como sombras donde estaba el cuerpo del difunto, y después volvían al fondo de los abismos, sin comunicación con el mundo de los vivos. La religión romana dictaba para los difuntos la necesidad de incineración

jueves, 21 de marzo de 2013

La religión romana : orígenes

La religión romana era bastante compleja; es una religión con un gran sentido utilitario al servicio de los individuos y del estado. A diferencia de las grandes religiones que conocemos en la cultura occidental –judaísmo, cristianismo e islamismo-, la religión romana ni es monoteísta –“de un solo dios”- ni tiene un libro que rija sus preceptos religiosos, creencias, fe, o recoja sus mitos y dogmas –como ocurre con la Torah entre los judíos, la Biblia entre los cristinos o el Corán con los islámicos-. Además, carente de moral, la religión romana realizaba de manera general sus ritos y sacrificios con el objetivo de obtener un beneficio de los dioses.
El politeísmo de los romanos era en cierto modo exagerado; divinidades protectoras para cada una de sus actividades e incluso para sus objetos más importantes; se ha llegado a calcular que eran considerados divinos unos 30.000 entes, muchos de ellos meras personificaciones de trabajos u otros aspectos de la vida romana
Todas estas divinidades tenían lo que lo romanos denominaban numen –“poder divino”-, si bien muchas de ellas no se consideraban personalidades individuales; de hecho, casi nunca fueron representadas con una figura o forma concreta. Los romanos debían atraerse las voluntades divinas –voluntates o numina- en alguna circunstancia concreta de su vida; por ello, celebraban ceremonias complejas y minuciosas, que con frecuencia no implicaban a sus divinidades, ni explicaban su origen ni historia ni su culto, sino que más bien eran meras ceremonias, sacrificios y ritos, de los que, al mismo tiempo, su calendario estaba llen

Power Point

Aquí dejo un power point en que se explica más brevemente el cómputo del tiempo romano.
¡Espero que os guste!
http://es.slideshare.net/guestaf9c9b7/el-cmputo-del-tiempo

El cómputo del tiempo

1. – Breve historia del calendario romano

Los hombres de la antigüedad tenían una gran preocupación u obsesión, y ésta era el deseo de controlar el tiempo. Antes de la fundación de Roma e incluso antes de la destrucción de Troya, es decir, hace varios miles de años, muchas culturas antiguas utilizaban el calendario lunar para contar el tiempo. Aun así, los métodos de cada cultura o pueblo eran muy diferentes. Por ejemplo, los habitantes de Alba Longa dividían el año en 10 meses de 18 a 36 días cada uno, mientras que los de Lavinia tenían un calendario de 13 meses y 374 días.
Calendario primitivo de Rómulo
Durante el reinado de Rómulo-primer monarca de la recién fundada ciudad de Roma- quedó establecido un calendario lunar que estaba dividido en 10 meses y que contaba con un total de 304 días. Esto ocasionaba problemas, puesto que cada año las estaciones, las tareas agrícolas y las épocas dedicadas a distintas actividades comerciales caían en distinta fecha. El desfase del calendario oficial respecto al calendario natural (es decir, el de las estaciones, etc.) era de cerca de 51 días.
Calendario de Numa Pompilio
El sucesor de Rómulo, Numa Pompilio se conoce por ser quien puso orden a las bases de la religión romana, y eso incluye a los calendarios, pues eran esenciales para contar el tiempo y los días de los sacrificios, los cultos y las festividades religiosas. Los romanos eran muy supersticiosos, y creían que los números impares daban más suerte que los pares, así que Numa Pompilio restó un día a cada mes de 30 días, reduciendo el número de días del calendario a 298. A los 51 días de desajuste que había antes le sumó los 6 que había quitado a los meses que antes tenían 30, y repartió esos 57 días en dos nuevos meses, Ianuarius y Februarius. El primero era de 29 días, mientras que el segundo se quedó con 28, número que aunque traía mala suerte («…pero sólo febrero mantuvo 28 días, como si a los infiernos les conviniera una reducción y un número par» Macrobio, Saturnalia 13, 7) resultó ser apropiado para el mes de Plutón, el dios del infierno y señor de los muertos. Así, el calendario romano cerraba un año lunar regular, con cuatro meses de 31 días, siete de 29 y uno de 28.
Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que existía un ligero desajuste entre el calendario oficial y el año solar, por lo que decidieron modificar la duración del año. Februarius era un mes peculiar, puesto que constaba de dos partes, una que acababa el vigesimotercer día, denominado Terminalia, que era considerado el día que marcaba el final del año religioso. La segunda parte del mes duraba cinco días. Para ajustar el calendario al año solar, cada cuatro años los romanos añadían entre las dos partes de Februarius, después de la fiesta de Terminalia, un mes llamado Mensis Intercalaris, también conocido como Mercedonius. Los cinco días de Februarius posteriores al día 23 pasaban a ser los últimos del nuevo mes, que tenía una duración total de 27 días. Como resultado se obtenía un año de 377 días (22 más que los años normales).
Meses
Calendario de Numa
Martius
31
Aprilis
29
Maius
31
Iunius
29
Quintilis
31
Sextilis
29
September
29
October
31
November
29
December
29
Ianuarius
29
Februarius
28
(años intercalares: 23)
Mensis
Intercalaris
0 (años
intercalares:
27)
Antes de proseguir con la historia del calendario romano, es necesario decir que el sistema antiguo para fechar los días y los meses del año era, en muchas ocasiones, bastante impreciso. Era muy común que los pontífices -encargados de introducir los Intercalaris en el calendario- no lo hiciesen en el debido momento, adelantando o retrasando la fecha unas semanas para prolongar o acortar el servicio de oficiales, magistrados, etc. Existieron casos en la historia de Roma en que los años estiraron su duración oficial, como fue el caso de Julio César, que, por razones que luego veremos, alargó su tercer consulado (año 46 a.C.), llegando a durar 445 días. Por ello, en muchos momentos de la historia romana encontramos indeterminaciones en las fechas, o años que no encajan con los cálculos.
¿1 de enero?
La culpa de que el año comience el 1 de enero es de los españoles. Sí, en algún momento tendríamos que aparecer, ¿no? Como aparece en la tabla de la página anterior, el primer mes del año romano era Martius, dedicado a Marte, el dios de la guerra. ¿Os imagináis la fiesta de fin de año entre febrero y marzo, que suele ser época de exámenes? El caso es que en el siglo II a.C. hubo que alterar la posición de dos meses. Todo ocurrió hacia el año 154 a.C. con un nuevo levantamiento de lusitanos en Hispania -en la zona de Extremadura-. La sublevación estalló a finales de diciembre (décimo mes romano) y por tanto a tan sólo dos meses de concluir el año. El Senado romano debía tomar una decisión, y tenía dos opciones. Se podía organizar apresuradamente un ejército y enviar al cónsul vigente para que aplastase la revuelta en sólo dos meses, o podían dejar que la sublevación se propagara y esperar hasta Martius y la llegada de un nuevo cónsul. Teniendo en cuenta que los romanos tenían un gran respeto hacia los mos maiorum, está claro que no cambiarían la tradición de elegir al nuevo cónsul a principios del año. Por ello, y es que los romanos eran muy rebuscados, decidieron cambiar el calendario de modo que el año comenzaba en el mes de Ianuarius -y no en el de Martius, que era un momento mucho más adecuado para preparar campañas militares consulares-. A través de esta tercera solución, se consiguió respetar la tradición y lo que era más importante, designar un nuevo jefe militar para sofocar las sediciones lusitanas. ¡Ay qué calda damos los españoles!
Es necesario hacer dos aclaraciones al respecto. En primer lugar, parece ridículo que una insignificante revuelta pudiera cambiar el calendario romano, pero debemos pensar que el adelanto del inicio de año al mes de enero era una medida pensada desde hacía tiempo. Además, existe un gran debate sobre el cuándo y el porqué de que el año empiece en enero. Algunos como Plutarco o Macrobio le atribuyen el cambio a Numa, mientras que en un calendario de época imperial encontramos una anotación en el día 1 de enero
2. – Los nombres de los meses

Como ya habréis visto, los nombres de nuestros meses son muy semejantes a los que tenían los romanos, y es que vienen directamente del latín. Pero, ¿a qué se deben esos nombres?
En sus inicios, el primer mes del año era Martius, mes dedicado a Marte, el dios de la guerra y padre de Rómulo y Remo. En este mes tenían lugar los reclutamientos de jóvenes para el ejército y las elecciones del nuevo cónsul, que gozaría de un año entero para dirigir a sus soldados contra los enemigos de Roma. Martius era el mes ideal para comenzar una campaña militar, pues ya habían cesado las fuertes nevadas del invierno y empezaba el buen tiempo de la primavera.
El siguiente en la lista era Aprilis, cuyo nombre no se sabe con certeza de donde proviene. Una teoría dice que deriva del verbo aperire (abrir), ya que es el mes de la temporada de apertura de las flores y la germinación de las plantas. Pero Aprilis estaba consagrado a Venus, la diosa de la belleza y madre de Eneas, el antepasado de Rómulo y Remo que huyó del incendio de Troya y recorrió buena parte de las costas mediterráneas para acabar en la península Itálica con la misión de fundar una nueva troya. Eneas era griego, y la diosa griega equivalente a Venus era Afrodita, por lo que hay historiadores que sostienen que el mes de Aprilis debía su nombre a la diosa Aphrodita, evolucionando fonéticamente de la forma etrusca asociada con esta diosa (Apru) o del diminutivo griego para la misma (Aphros).
De nuevo, hay varias teorías acerca del origen del nombre Maius. Una de ellas dice que debe su nombre a la diosa griega Maya, que equivaldría a la diosa romana de la fertilidad y del crecimiento, Bona Dea, cuya fiesta se celebraba durante el mes de Maius. Ovidio ofrece una segunda etimología, en la que sostiene que Maius se llama así por el latín maiores (viejos, mayores) y que el mes siguiente (Iunius) por iuniores (jóvenes).
Iunius parece que proviene de la diosa Juno, esposa de Júpiter y protectora del matrimonio y de las mujeres. Sin embargo, Ovidio atribuía el nombre Iunius a iuniores.
Los siguientes cinco meses (Quintilis, Sextilis, September, November y December) debían sus nombres a la posición en la que se encontraban, es decir, Quintilis era el quinto mes, Sextilis el sexto, September el séptimo, November el noveno y December el décimo. No hay que olvidar que en aquellos tiempos el primer mes era marzo, y no enero, por lo que hoy en día “diciembre” no es el décimo mes, sino el duodécimo.
Numa Pompilio mandó construir un templo al dios Jano o Ianus en latín, dios al que consagró el mes de Ianuarius, introducido también por él en el calendario romano. Ianus tenía dos caras mirando hacia lados opuestos, y era el dios protector de las puertas de las murallas de Roma y de las viviendas. Tenía otro atributo, era el dios de los principios y de los finales, por lo que enero era el mes del dios bifronte que vigilaba el paso de un año abriendo las puertas a otro. De nuevo aparece el debate sobre si el año comenzaba el 1 de enero, porque si Ianuarius no fue el primer mes del año hasta el siglo II a.C. ¿cómo es que era el mes que abría el nuevo año? Aparentemente esto no tiene mucho sentido, pero es que los romanos tenían dos calendarios, uno civil y otro religioso. El civil, que comenzaba en Martius con la entrada de los magistrados a sus cargos hasta que sucedió aquella revuelta lusitana que obligó a cambiar el inicio del año al día 1 de enero, y el religioso. Parece ser que en el calendario religioso los meses de Ianuarius y Februarius precedían a los otros diez.
Februarius fue añadido al calendario también bajo el reinado de Numa, y era el mes de la purificación, que en latín se dice februum. En el día 15 de ese mes tenían lugar los Februa, una serie de rituales de purgación, lavado y limpieza para acabar el año libres de todo pecado. No hace falta decir que Februarius pasó en el siglo II a.C. a ser el segundo mes del año.
Julio César no hizo reforma alguna en la nominación de los meses, pero después de su muerte sí la hubo, y en su honor. En el año 44 a.C., Marco Antonio decidió, para halagar la vanidad de César, dedicarle el mes de su nacimiento (Quintilis), que pasó a llamarse Iulius. Más tarde, en el año 8 a.C., por iniciativa del Senado Romano se acordó renombrar el mes de Sextilis en adulación a Cayo Julio César Octaviano, más conocido como César Augusto, dando lugar al mes de Augustus. Éste no era el mes de su nacimiento, pero los hechos más importantes de su subida al poder -incluida la caída de Alejandría- ocurrieron en agosto.
 

El urbanismo : la ciudad

Aquí dejo el link de un power point en el que se explica la ciudad romana
http://es.slideshare.net/tomperez/el-urbanismo-romano

Calzada romana

La calzada romana era el modelo de camino usado por Roma para la vertebración de su Imperio. La red viaria fue utilizada por el ejército en la conquista de territorios y gracias a ella se podían movilizar grandes efectivos con una rapidez nunca vista hasta entonces. En el aspecto económico desempeñó un papel fundamental, ya que el transporte de mercancías se agilizó notablemente. Las calzadas también tuvieron gran influencia en la difusión de la nueva cultura y en extender por todo el Imperio la romanización. El Itinerario de Antonino, del siglo III, es la fuente escrita que mayor información nos aporta sobre la red viaria romana.
Unían las ciudades de todos los puntos de Italia y después del Imperio con los centros de decisión políticos o económicos. Los viajes eran fáciles y rápidos para la época, gracias a una organización que favorecía una relativa comodidad para sus usuarios. Pensadas, primero, para uso militar, serán el origen de la expansión económica del Imperio, y después de su final, facilitando las grandes invasiones de los pueblos bárbaros

viernes, 22 de febrero de 2013

Ejército Imperial Romano

El ejército imperial romano se refiere a las fuerzas armadas desplegadas por el Imperio romano durante la época del Principado (30 a. C. – 284 d. C.).
El ejército regular del principado fue establecido por el fundador del Imperio romano, Augusto, (gobernó de 27 a. C. – 14 d. C.) y sobrevivió hasta el final del siglo III d. C. El ejército regular constaba de dos cuerpos distintos, integrado por tropas profesionales y de voluntarios.
Las legiones de élite eran grandes formaciones, que variaban entre 25 y 33 en número de 5500 hombres cada una  que admitía sólo a ciudadanos romanos. Los auxiliares formaban alrededor de 400 unidades mucho más pequeñas de 500 hombres cada una,que fueron divididos en aproximadamente 100 alas de caballería, 100 cohortes de infantería y 200 jinetes mixtos unidades de infantería.
Algunas unidades auxiliares fueron designados sagittariorum, lo que significa que se han especializado en tiro con arco. Los auxiliares de ese modo contiene casi toda la caballería del ejército romano y de los arqueros, y aproximadamente el mismo número de soldados de a pie como a las legiones a partir de finales del siglo I. Los auxiliares se reclutan principalmente entre los peregrini: los sujetos de provincia del Imperio romano que no tenían la ciudadanía romana, pero también admitió que los ciudadanos romanos y, posiblemente, barbari, el término romano para los pueblos que viven fuera de las fronteras del Imperio romano.

La reforma de MARIO

El ejército antes de las reformas de Mario
Retrato de Cayo Mario conservado en los Museos Vaticanos.
Hasta la última década del siglo II a. C. los requisitos para formar parte del ejército de Roma al servicio de la República eran muy estrictos:
  • Ser miembro de la quinta clase del censo o superior.
  • Tener propiedades valoradas en, al menos, 3.000 sestercios.
  • Aportar su propio armamento.
Por ello, la República en un inicio no tenía un ejército estable. Cuando una guerra amenazaba a la ciudad los cónsules se encargaban de reclutar un ejército entre los ciudadanos de la república elegibles. Como norma, uno de los cónsules sería el encargado de dirigir a la batalla a este ejército prácticamente voluntario en su totalidad.
A mediados de la República, las legiones se componían de las siguientes unidades:
  • Caballería o equites. Esta era originalmente la unidad más prestigiosa, donde sólo los romanos jóvenes de la primera y segunda clase comenzaban a destacarse antes de iniciar sus carreras políticas. El equipamiento necesario era pagado por cada jinete y consistía en un escudo redondo, casco, armadura corporal, espada y una lanza. La caballería era excedida en número en la legión. En un total de cerca de 4.200 hombres, habría apenas unos 300 jinetes, divididos en 10 unidades de 30 hombres. Al mando de cada unidad había un decurión.
  • Infantería ligera o vélites. Los velites eran básicamente lanzadores de jabalina y hostigadores en general y no tenían una organización formal precisa o una función en el campo de batalla; eran utilizados según la necesidad. Provenían de los estratos económicamente más bajos de la sociedad. Eran alrededor de 1.200 hombres que no tenían división táctica propia pero para consumo interno eran adscritos, en grupos de 20, a las centurias de la tropa de línea.
  • Infantería de línea. Era la unidad principal de la legión, se componía de ciudadanos legionarios que pudieran pagar el equipamiento compuesto de casco de bronce, escudo, armadura corporal que constaba de un cardiophilax, placa de bronce cuadrada de unos 20cm de lado que servía para proteger los órganos vitales, si su censo superaba las 10.000 Dracmas/Denarios entonces iban equipados con cota de malla. También tenían dos jabalinas, una ligera y otra pesada  además de la espada:
    • Los hastati ) eran los más jóvenes y formaban la línea delantera, iban armados con dos pila que servían para inutilizar los escudos enemigos así como desorganizar sus formaciones. Estaban divididos en 10 manípulos de 120 hombres cada uno, cada manípulo constaba de dos centurias.
    • Los príncipes hombres con edades rondando los 30 años, componiendo la segunda línea de la legión, al igual que los primeros iban armados con los dos "pila" y los usaban de la misma manera que los hastati. Su armadura corporal era más pesada que la de los hastati y su organización y número, el mismo.
    • Los triarii (sing. triarius) eran los soldados veteranos y alineados atrás, sólo entrarían en combate en situaciones extremas. A diferencia de los otros iban armados con una sola lanza larga y un escudo. Formaban habitualmente en falange como los antiguos griegos y se dividían en 10 manípulos de 60 hombres cada uno (600 soldados).

jueves, 21 de febrero de 2013

Las clases sociales;el ejercito

CIUDADANOS Y NO CIUDADANOS:

 PATRICIOS Y PLEBEYOS:

Los patricios, descendientes de las primeras familias que habían fundado la ciudad junto a Rómulo, disfrutaban de numerosos privilegios: sólo ellos podían formar parte del Senado, y sólo ellos podían desempeñar cargos públicos. Los patricios en el Senado hacían las leyes, los patricios como cónsules las ejecutaban, y patricios eran también los jueces que castigaban a los infractores de la ley.

A los plebeyos, que pagaban sus impuestos y acudían al ejército cuando se les convocaba, tan sólo les correspondía reunirse cada año para elegir a los magistrados entre los candidatos que presentaban los patricios. Indignados por esta situación que les obligaba a hacer frente a todos los inconvenientes de la ciudadanía, sin permitirles disfrutar de sus ventajas, los plebeyos emprendieron largas y encarnizadas luchas con los patricios para reclamar más derechos.

Clientes:Los clientes eran los extranjeros o refugiados pobres, sujetos a patronazgo de un patricio, el cual le brindaba ayuda económica, lo defendía ante la ley, y lo dejaba participar de las ceremonias religiosas a cambio de que éste lo acompañe en la guerra y lo ayude en todas los trabajos en el que el patricio lo solicitara. Los patricios se enorgullecían de tener clientela grande o importante.

Esclavos:Es el destino normal de los presos de guerra. Legalmente, carecían de todo derecho. Hacían gratis los peores trabajos y de por vida. El trato dependía del carácter personal del amo. Llegaron a ser numerosísimos con la expansión de Roma.

EL EJÉRCITO :
ORIGEN

La historia de la estructura del ejército romano describe las principales transformaciones cronológicas de la organización y constitución de las fuerzas armadas de la antigua Roma, las cuales han sido calificadas como «la institución militar más efectiva y duradera conocida de la historia».


Desde sus orígenes alrededor del año 800 a. C. hasta el hundimiento del Imperio romano de Occidente en 476 d. C., la estructura militar de Roma atravesó una serie de cambios estructurales de gran envergadura. A grandes rasgos, las armas romanas se dividían en ejército y armada, si bien estas dos ramas estaban menos diferenciadas que en los ejércitos nacionales actuales. A su vez, en estas dos ramas los cambios estructurales fueron ocurriendo como resultado de una reforma militar con visión de futuro, así como de una evolución estructural orgánica.

después de un periodo protohistórico del cual no existe información escrita, la estructura del ejército romano puede generalizarse a través de una serie de fases históricas. Inicialmente, el ejército romano consistía en unas levas anuales de ciudadanos que prestaban el servicio militar como parte de sus deberes para con el Estado. Durante este periodo el ejército romano se enfrentó principalmente a adversarios locales en campañas estacionales

Imperio:altos funcionarios,Consilium principis,principado y dominado

La última centena anterior a la era cristiana se caracteriza por grandes tensiones y movimientos sociales y políticos que llevan a la instauración del Principado.
En este extenso periodo se producen hechos y acontecimientos que pueden calificarse como de ruptura y otros de reforma constitucional. Las primeras y más importantes rupturas y abusos se producen en las luchas entre Mario y Sila.
Cayo Mario modifica el antiguo reclutamiento por alistamiento voluntario con lo que crea un cuerpo de mercenarios que les sirvió de apoyo para que le confirmaran en el consulado desde el año 104 al 100 a.C.
Comienza la venganza de las persecuciones de sus enemigos. Con sus poderes de dictador por tiempo ilimitado suspende la función de los tribunos, y de las asambleas plebeyas, limitándose, además, el Derecho de veto a la ayuda al ciudadano objeto de abusos o vejaciones, y aumenta el número de senadores y las facultades del Senado.
Por estas medidas se considera a Sila el primer precursor del Principado. Las reformas silanas tienen corta duración y dieron paso a otras guerras civiles y al predominio de unos u otros jefes del ejército. Por el pacto celebrado entre César, Pompeyo y Craso se crea el primer triunvirato, con el que se reparten el poder público. Eliminado Craso, se enfrenta Pompeyo, al frente de los optimates, y César de los populares. Derrotado Pompeyo, destaca Julio César como nuevo dueño de Roma. Funda todo su poder en el pueblo y en el ejército.
Aunque la Constitución republicana limitaba el tiempo de la dictadura a seis meses, César fue nombrado tres veces dictador: la última como dictador perpetuo el año de su muerte También fue nombrado cónsul sin colega, con lo que se vulneraba el principio de la colegialidad y del posible veto de los Cónsules. De mayores consecuencias fueron las reformas realizadas en el Senado. Para limitar el poder de este principal órgano que le había demostrado su oposición, aumentó el número de senadores a 900, incluyendo a pertenecientes a la clase de los equites y de los populares.
César adoptó una serie de medidas para reorganizar el deteriorado sistema constitucional. Atribuye la suprema dirección política al dictator, que concentra en sus manos la gestio rei publicae unificando las estructuras del Imperio con la organización administrativa de Italia (lex Julia municipalis). El El Principado
En el año 43 a.C. es elegido cónsul, y en el 32 recibe poderes extraordinarios por la coniuratio Italiae et provinciana. Se le considera restaurador de la República en virtud del consentimiento universal de los ciudadanos (consensus universorum). A partir de entonces ocupa una posición preeminente (princeps, el primero) en el Senado y recibe un imperium especial sobre las provincias no pacificadas.
El Senado le concede el titulo de Augustus. A partir de entonces superó a todos en auctoritas, pero no en potestas que los demás que desempeñaban las magistraturas como colegas suyos. Así, Augusto se define como optimi status ductor, pero como César se apoya en el ejército y en el pueblo.
En la nueva fase constitucional se conceden al príncipe el imperium proconsulare maius et infinitum y la tribunicia potestas. Con el primero se le atribuye el mando supremo sobre el ejército y las provincias imperiales. Con la tribunicia potestas se concede al príncipe la facultad de oponer el veto o intercessio a los actos de los magistrados, así como la facultad de convocar el concilio (ius agendi cum plebe). Con seguida la paz interior. Augusto inicia un vasto proceso de romanización de las provincias. Con la preeminencia del título de ciudadano romano (civis romanus), concede individualmente la ciudadanía a los provinciales, a los que se imponen sistemas de gobierno semejantes al romano.
Con el Principado aparece la burocracia imperial. El príncipe delega sus funciones en unos cargos jerarquizados y retribuidos. Los de mayor poder e importancia eran los prefectos (praefecti): praetorio, de la ciudad (urbi), de los guardias (vigilum), de los alimentos (annonae), de los vehículos (vehiculorum).
Junto al prefecto de la ciudad tenía un mayor poder el que mandaba la guardia Pretoriana que en ocasiones decidía la sucesión en el solio imperial
Los scrinia se ocupaban de las diversas cuestiones del gobierno. Eran: ab epistulis: se ocupaban de la correspondencia; a rationibus: gestión financiera y administración del fisco imperial; a cognitionibus: cuestiones judiciales sometidas al Emperador; a libellis: peticiones y quejas.
El Emperador Adriano crea el consilium principis, órgano de asesoramiento integrado por altos funcionarios y destacados juristas.
El Derecho llega a su apogeo y perfección técnica durante el Principado.
En los años 18 y 17 a.C, Augusto presentó a los concilios plebeyos como tribuno las leyes públicas de colegiis, sumptuaria y las leyes penales de ambitu, de adulteriis coercendis y de vi publica et privata; en materia matrimonial, la lex Julia de mariiandis ordinibus; en materia de procedimiento, la lex lidia iudiciorum privatorum y la lex Julia iudiciorum publicorum. A los comicios centuriados se presentaron por los Cónsules la lex Fufia Caninia, Aeiia Sentía y Jimia Norbana, en materia de manumisión, y la lex Pappia Poppaea Nuptialis.
Ni Augusto ni sus sucesores supieron afrontar la cuestión más grave del nuevo régimen: La sucesión.
Predominó la designación de miembros de las familias imperiales y tuvieron influencia tres formas: la designación o cooptación de su sucesor realizada en vida por el príncipe, con frecuencia entre sus familiares, la elección por el senado, la aclamación del imperator por las legiones.

El Dominado

En el Dominado, el princeps se convierte en dominus y los ciudadanos  en súbditos, de un poder absoluto y omnímodo.
Se implantan en la grave situación de crisis del siglo III d.C, originada por profundos cambios económicos y sociales. Ante todo, la prevalencia de los militares sobre los políticos. A ello se une la presión y sucesivas invasiones de los bárbaros y su introducción en el ejército romano.
En el año 212 d.C, Antonino Caracalla concede la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del Imperio. Con ello termina el predominio del civis romanus, que se convierte en súbdito cuando el Emperador adopta el despotismo de los monarcas orientales Septimio Severo se titula dominus.
Diocleciano, consiguió restaurar un orden duradero. Reorganiza el ejército para rechazar los ataques a las fronteras e intenta atajar la inflación con un famoso edicto de tasas y precios.
Diocleciano, con su edictum de rerum venalium, estableció precios máximos en los artículos de primera necesidad, servicios y transportes. Introduce también importantes reformas en la administración imperial, que configura como una pirámide jerárquica en cuyo vértice está el Emperador.
Los officia palatina son los órganos de la administración central: el quaestor sacri palatii, o ministro de justicia; el magister officiorum, encargado de los funcionarios provinciales; el comes sacrarum largitationum, y el comes rerum privatarum, encargados de las finanzas públicas y del patrimonio imperial; los magistri militum o mandos militares.
Diocleciano crea la llamada tetrarquía: divide el Imperio en dos partes. Oriental y Occidental, con cuatro prefecturas (Oriente, Iliria, Italia y las Galias), que a su vez se dividen en diócesis y éstas en provincias. Sin embargo, estas medidas no resuelven el problema sucesorio y a la muerte de Diocleciano luchan de nuevo los pretendientes.
La victoria de Constantino sobre Majencio en el puente Milvio hace que se unifique de nuevo el Imperio. Constantino dicta el famoso edicto de Milán, que confirma la tolerancia hacia la religión cristiana, que después se convierte en la religión oficial del Imperio.
La disgregación del Imperio se consumará definitivamente cuando en el año 395 d.C. el Emperador Teodosio I divide la parte oriental, de la occidental. El Imperio de Occidente sufre sucesivas invasiones bárbaras hasta su definitiva caída, en el año 476, en que Odoacro depone al último Emperador Rómulo Augusto.
El Derecho Romano alcanza su máximo esplendor con el Emperador Justiniano (del año 527 al 656 d.C.)

República,cursus honorum

El gobierno de Roma se basaba en el Senado y las asambleas del pueblo o comicios. La denominación oficial del estado romano era S.P.Q.R. o Senatus Populus Que Romanus: el Senado y el Pueblo de Roma. Lo que significaba que Roma era gobernada por el Senado y por el Pueblo reunido en las asambleas populares. El Senado era el cuerpo legislativo de Roma, pero todas las leyes que promulgaba debían ser aprobadas por las asambleas populares:

Asamblea de las curias (comitia curiata) que era la más antigua de las asambleas populares. Se dividía en 30 curias. En tiempos de César tenía funciones meramente ceremoniales de las distintas tribus plebeyas.

Asamblea de las centurias (comitia centuriata) la encargada de elegir a los cónsules, pretores, censores, también de declarar la guerra y de decidir sobre las apelaciones de los ciudadanos romanos condenados a muerte. Había 193 centurias a las que se pertenecía según la riqueza.

Asamblea de tribus (comitia tributa) encargada de la elección de los demás magistrados anuales como ediles, tribunos y cuestores y además daba el visto bueno a las leyes aprobadas por el Senado.
Los senadores no eran cargos electos, pero todos los demás magistrados sí tenían que ser elegidos por el Pueblo Romano reunido en las asambleas populares cada año, en una carrera reglamentada y jerarquizada que se denominaba cursus honorum.
Roma se articulaba en base a un censo en el que estaban inscritos todos los ciudadanos. Cada ciudadano romano pertenecía a una tribu y a una clase social, la pertenencia a las distintas clases sociales estaba determinada por la riqueza. Era una estructura social completamente jerarquizada, como un ejército. Había dos clases sociales predominantes llamadas "órdenes". Cada cinco años los censores determinaban quién debía abandonar y quién debía incorporarse a cada uno de los órdenes.

El orden senatorial era el más importante, ya que a él pertenecían los senadores que gobernaban Roma. Para ser inscrito en el censo senatorial era necesario pertenecer a una de las familias patricias de Roma (las familias fundadoras) acreditar una determinada fortuna y no tener ningún intereses de tipo comercial, ya que los senadores eran una clase genuinamente agraria. En tiempos de César el Senado estaba compuesto por 300 miembros. El escaño en el Senado era vitalicio y hereditario siempre que el heredero cumpliera también con los requisitos y que hubiera ocupado al menos la cuestura, el escalón más bajo del cursus honorum. Los senadores tenían derecho a llevar el latus clavus: las dos franjas de púrpura de cuatro dedos de anchura en la túnica, un anillo de hierro y perones: zapatos rojos o negros con una media luna de plata como símbolos de su estatus.

El orden ecuestre era el segundo en importancia. Lo formaban los "caballeros", la antigua clase militar de la que salía la caballería romana en los tiempos de la monarquía. Los caballeros debían acreditar una determinada fortuna para pertenecer a este orden y se dedicaban a los negocios como el comercio, la recaudación de impuestos, etc. Los caballeros tenían derecho a llevar el angusus clavus: las dos franjas de púrpura de dos dedos de ancho en la túnica como símbolo de su posición.
Los magistrados en ejercicio, fueran del orden que fueran, tenían derecho a llevar la toga praetexta, la toga con la franja de púrpura por la que eran reconocidos. Para más información sobre estos símbolos ver el capítulo LOS ROMANOS DE LA ÉPOCA DE CÉSAR.
El cursus honorom, la carrera de honores romana establecía cada una de las magistraturas que se escalaban peldaño a peldaño, desde la cuestura hasta el consulado. Era una estructura de ascenso rígida y legislada que, en teoría, impedía "atajos", aunque en la época final de la República la corrupción de las instituciones derivó en una constante vulneración de las normas.
Las magistraturas romanas republicanas tenían dos características llamativas: todas las magistraturas eran colegiadas, es decir, cada magistrado tenía uno o varios colegas, con lo que el poder teóricamente se equilibraba. Ningún magistrado cobraba un sueldo por ejercer su cargo, pero cierto era y es que nadie trabaja gratis

viernes, 1 de febrero de 2013

La política en Roma

Monarquía : rey,senados,comicios

El Rey

  • El Rey era la cabeza del gobierno.
  • Su poder comprendía atribuciones políticas, judiciales, religiosas y militares; las cuales, englobadas en el concepto de imperium, eran vitalicias y dotaban al monarca de irresponsabilidad e inviolabilidad personal.
  • El rey velaba por la convivencia pacifica entre los habitantes de la ciudad, para lo cual tenía facultades de legislador y juez supremo, pudiendo disponer, en el marco de dichas atribuciones, de la vida de sus súbditos.
  • También le era propio cuidar las buenas relaciones entre la comunidad y los dioses, estando dotado para ello del ius aspicorum, esto es, de la facultad de consultar la voluntad divina a través de la interpretación de ciertas señales denominadas auspicios.
  • El poder de Rey no era hereditario. Fallecido el monarca, el gobierno pasaba a los senadores, quienes se turnaban para ejercerlo por períodos de cinco días, en espera de que el Pueblo eligiera un nuevo Rey. Dicha elección debía ser ratificada por el Senado. Si los senadores daban su aprobación, procedía la inauguratio, ceremonia en la cual los augures consultaban los auspicios que indicaban si el rey electo gozaba o no del favor divino. La respuesta positiva de los dioses significaba la legitimación incuestionable de la autoridad del nuevo monarca.

El Senado

El Senado consistía en un cuerpo colegiado que actuaba como consejo asesor del rey.
Estaba formado por los jefes de las distintas gens de la ciudad, a quienes se les llamaba respetuosamente "padres".
El propio nombre de "Senado" aludía a la avanzada edad que solían tener sus integrantes.
El Senado funcionaba sólo a petición del Rey, manifestando su parecer a través de resoluciones formales que recibían el nombre de senadoconsultos, las cuales, en todo caso, no eran vinculantes para el monarca.
Sus miembros eran nombrados por el Rey. Se cuenta que Rómulo designó originalmente a cien senadores, cuyas familias y descendientes fueron conocidos como patricios. Tulio Hostilio, tercer rey de Roma, creó cien nuevos patres provenientes de la derrotada Alba Longa; Tarquino Prisco, quinto rey, hizo lo propio, sumando al Senado otros cien integrantes procedentes de ciudades etruscas conquistadas. El número de trecientos senadores permaneció relativamente inalterado hasta las reformas de Sila, en tiempos de la República.

El Pueblo

  • Tribus y curias

Según la tradición romana, Rómulo dividió al pueblo (constituido éste  únicamente por los patricios) en tres tribus, que denominó ramnnes, tites y luceres; cada una de las cuales subdividió, a su vez, en 10 curias. Cada curia era dirigida por un curio maximus o curión, quien tenía atribuciones militares y religiosas en Roma.
  • Comicios Calados y Comicios Curiados

Las curias, bajo el nombre de comicios calados, se reunían en las calendas y nonas de cada mes para atestiguar ciertos actos de carácter religioso, como la comunicación del calendario anual por parte del rey, las adopciones y los testamentos.
Las curias, además, eran la base de la organización del primitivo ejército romano. Cada curia debía contribuir con 100 soldados de infantería y 30 de caballería.De tal forma, cada tribu aportaba 1.000 milites y 300 celeres, contingentes que eran comandados por tribunos.El conjunto del ejército romano recibía el nombre de legión
Reunidas las curias, según la señalada organización militar, constituían los comicios curiados,asamblea de carácter político, cuya función era sancionar las decisiones del rey.

Comicios Centuriados

Según las fuentes romanas, Servio Tulio, el sexto rey de Roma, reorganizó la población de Roma en circunscripciones o tribus para establecer un impuesto o tributum e incluir a los plebeyos en el ejército. Distinguió, según podían o no armarse para la guerra, dos grupos: Los classis y los infra classem; a estos últimos los excluyó del servicio armado; a los primeros, los dividió en cinco subgrupos (clases) de acuerdo a su riqueza. A partir de esta distinción, creó nuevas tribus territoriales; 16 rústicas para los propietarios, llamados también adsidui, y 4 urbanas para los no propietarios. Dispuso, finalmente, que cada clase contribuyera al ejército con un determinado número de centurias (grupos de cien hombres), debiendo la primera clase aportar el mayor contingente (80 centurias). Esta organización militar será la base de los comicios centuriados, nueva asamblea que reemplazará políticamente a los comicios calados, los cuales quedarán restringidos a funciones sacras.
Si bien los comicios centuriados otorgaban voto a todos los habitantes de Roma, patricios y plebeyos (incluso los de la infra classem, quienes participaban agrupados en una gran centuria), hay que tener presente que el voto no era individual, sino por cada centurias, y que las primeras clases, integradas básicamente por patricios adinerados, al aportar un mayor número de centurias a la asamblea, decidían en la práctica, sin contrapesos, cualquier votación.

viernes, 25 de enero de 2013

Espacios públicos para el ocio

El yacimiento arqueológico del Barrio del Foro Romano está constituido por un conjunto de edificaciones romanas descubiertas en la ciudad de Cartagena, antigua Carthago Nova, construidas en torno a una de las principales vías de la ciudad en aquellos tiempos: el Decumano Máximo. Desde este decumano se accedía a un gran conjunto termal y a un gran edificio con un atrio que ha sido identificado como una sede de un collegium.
Las termas
Las termas romanas son recintos públicos destinados a baños típicos de la civilización romana. En las antiguas villas romanas los baños se llamaban balnea o balneum y si eran públicos.
Eran baños públicos con estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúdicas. También eran consideradas lugares de reunión y a ellos acudía la gente que no podía permitirse tener uno en su casa, como los plebeyos o los esclavos. A veces los emperadores o los patricios concedían baños gratis para el resto de la población.

Arquitectura de la Antigua Roma

La arquitectura de la Antigua Roma es probablemente uno de los testimonios más significativos de la civilización romana. Se caracteriza por lo grandioso de las edificaciones, y su solidez que ha permitido que muchas de ellas perduren hasta nuestros días. La organización del Imperio Romano normalizó las técnicas constructivas de forma que se pueden ver construcciones muy semejantes a miles de kilómetros unas de otras.
Podemos encontrar :
El teatro romano,anfiteatros y circos romanos :
La política de romanización de los pueblos conquistados hizo que se construyeran teatros romanos, así como anfiteatros, circos, foros y templos, con similares características a lo largo de todo el imperio, desde Hispania hasta Oriente Medio. Hay ciertas semejanzas entre circos, teatros y anfiteatros de la Roma antigua. Todos se construyeron con iguales materiales —piedra y mortero romano— y tenían como fin servir al ocio ciudadano por medio del espectáculo. Sin embargo, cada uno tenía funciones y forma diferentes:
                   El circo romano se usaba para las carreras de caballos y cuadrigas.
                   
         El anfiteatro romano utilizado para acoger espectáculos y juegos (munera, lucha de     gladiadores y venationes, lucha de animales).

        
         El teatro romano se usaba para representaciones de obras teatrales, griegas y romanas.